Lo que si es cierto es que a la tecnología inalámbrica le quedan un par de evoluciones, pero desde luego no son de mucho calado, porque esas velocidad punta se alcanzarán en laboratorio y poco más. Al igual que ese Gigabit en condiciones estáticas que se pretendía alcanzar con el 4G en su momento…
Gordon E. Moore, en 1965, cuando era Director de Investigación y Desarrollo de Fairchild Semiconductor (antes de convertirse en cofundador de Intel) indicó que en los últimos años se doblaba el número de transistores de un chip cada año y que esperaba que esa tendencia durase al menos 10 años más. 47 años después de aquellas palabras que se convirtieron en ley y con algunos ajustes en su formulación, esa sentencia sigue vigente hasta nuestros días.
¿Podrá cumplirse esta ley indefinidamente? El físico Michio Kaku indica que por limitaciones físicas, al alcanzar la tecnología de 5 nm, la Ley de Moore dejará de cumplirse porque será imposible aumentar más el número de transistores con chips basados en el silicio.
Según la planificación de Intel, la tecnología de 5 nm será una realidad en el año 2021 (56 años después de la primera formulación de la Ley de Moore).
Hace pocos meses se anunció la tercera generación de los procesadores Intel i3, i5 e i7. Esta nueva generación se basa en Ivy Bridge, una tecnología con la misma microarquitectura que Sandy Bridge pero usando un proceso de fabricación de 22 nm en lugar de los 32 nm de la generación anterior.
La reducción del tamaño de los transistores tiene varias ventajas:
Se reduce el tamaño de los dispositivos
El consumo de los dispositivos baja
Un menor consumo facilita el incremento de la velocidad de reloj
Estas ventajas son muy importantes para los ordenadores de sobremesa y los portátiles pero lo son mucho más para dispositivos como tablets y smartphones donde la duración de la batería siempre es un problema y donde las necesidades de contar con procesadores cada vez más potentes no deja de aumentar.
Los nuevos procesadores de Intel mantienen vigente la Ley de Moore y continúan con el modelo de desarrollo que sigue Intel desde 2007: Tick – Tock
Cada ‘Tick‘ (reducción del tamaño del transistor manteniendo la microarquitectura) va seguida de un ‘Tock‘ (cambio en la microarquitectura). Los nuevos procesadores Ivy Bridge son un ‘Tick’.
Veremos si la Ley de Moore sigue cumpliéndose hasta el 2021 y si los límites físicos que subraya Michio Kaku supondrán el fin de la tecnología basada en el silicio… o no.